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martes, 15 de marzo de 2011

El pueblo del SOL NACIENTE



Esta semana hemos despertado dentro de las páginas del Antiguo Testamento. El viernes tocó el Génesis: vimos como una terremoto de fuerza inusual azotaba la costa noreste de Japón y lanzaba sobre la isla una brutal ola que arrasaba todo lo que encontraba a su paso. Coches, casas, barcos, trasatlánticos y un sin fin de objetos sin importarle su peso o volumen. Una fuerza descontrolada, al principio, que ha dado paso a la desolación y al silencio después.
Tras la destrucción: el Éxodo. Miles de japoneses abandonaban la tierra de sus antepasados para huir de la debacle del movimiento sísmico. Se ponían a cubierto de la radiación ionizante emitida por el bunker número 2 de la central de Fukushima. Al parecer la vasija de contención de las barras de combustible se habla fracturado y el fluido energético estaba emitiendo destrucción de forma descontrolada al exterior. Se había desatado el Infierno.

Mientras desde el otro lado del planeta, nada menos que desde Europa, en Bélgica el Comisario Europeo de  Energía, el alemán Günther Oettinger lo describe como el Apocalipsis. Desde las antípodas, pertrechado en su púlpito de madera noble se permite frivolizar acerca del trabajo de 50 valientes que están dando su vida por sus paisanos. 50 héroes que en un ejercicio de responsabilidad extrema están tratando de sellar el contenedor agrietado.

Otro europeos, en este caso los franceses, a través de su oficina de seguridad nuclear se permiten clasificar el incidente como grave siguiendo la información detallada, precisa y fiable del ejecutivo nipón. Quienes han ido proporcionando minuto a minuto información clara y verás a los diferentes organizaciones internacionales de la situación de un equipo de trabajo. De una población que ha dado al mundo una lección de civismo, de compromiso social, de valentía, de humanidad, de sacrificio…No es fácil encontrar calificativos para esta población, valiente y aguerrida.

Dicen que se debe a su pasado Samurai. A su honor ancestral. Otros que a la jerarquización de la sociedad, donde todo ciudadano sabe su papel, su rol, sus obligaciones, sus responsabilidades. Otros a que es un pueblo que sabe sufrir. No en vano ya se vieron envueltos en las llamas nucleares lanzadas por Little Boy, aquel fatídico 6 de Agosto del 45 en Hiroshima. Supieron salir adelante. Resurgieron como el Ave Fenix. Llegando en tan sólo unas décadas a estar entre las primeras economías mundiales. A ser una nación vanguardista y moderna. Es estremecedor ver tanto y tanto ciudadano comprometido por el prójimo. Es gratificante ver una sociedad donde los derechos ceden el paso al sacrificio.


¡Cuánto tenemos que aprender!

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