Etiquetas

miércoles, 26 de diciembre de 2012

EL PODER DE LA BARRETINA

La figura del caganer es un clásico de los belenes españoles que este año ha quedado un tanto escondido detrás de alguna pala o muro del portal navideño. La razón no ha sido otra que evitar dar demasiado protagonismo a un icono claramente catalán y que la familia o algún allegado pudiera apreciar tarareos del Segladors en casa.

El joven ataviado con el traje regional catalán por excelencia, barretina incluida,  en posición un tanto comprometida, viene a representar a un amplio porcentaje de la sociedad catalana que, con su voto, se posiciona claramente a favor de políticas independentistas. Según las últimas elecciones de 2012, el 57% de lo votantes ha elegido una opción soberanista. Superando el 65% de los votos emitidos, si se tiene en cuenta que hay una parte importante del PSC que se declara a favor de la independencia.


De donde se desprendería -no sin un cierto error, por supuesto- que, de llevar a cabo el referéndum de autodeterminación previsto para 2014 que han sellado CIU y ERC en su pacto de gobierno, puesto en escena el pasado lunes, el resultado sería favorable a romper los lazos que unen a Cataluña con el resto de España y emprender un camino incierto; pero propio, personal y legitimo, hacia el futuro. Máxime cuando el ejecutivo del Sr. Mas quiere incluir entre los votantes a los mayores de 16 años y a los inmigrantes. Colectivos fácilmente moldeables que respaldarían, sin duda de forma mayoritaria, las ansias de libertad del pueblo catalán.

La barretina, parece tener propiedades magnéticas y aglutina a un pueblo que se siente orgulloso de su identidad, que ve como triunfa su seny, su manera de hacer y su ilusión por estar en vanguardia. Cierto es que Cataluña nunca ha sido nación y que su historia está ligada a España desde al menos el final de la Guerra de Sucesión. O sea, desde el día de su fundación. Pero también debemos considerar cierto que ninguna nación existió hasta que un día empezó a escribir su historia. Como pueblo, los catalanes son un ejemplo de como se hace patria, tienen claro donde quieren llegar y como hacerlo.