Etiquetas

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Los experimentos se hacen con gaseosa.



Las modificaciones que introdujo la 2ª República en la Ley electoral iban encaminadas a forzar los pactos pre-electorales y reforzar la estabilidad institucional, mediante la consecución de mayorías estables en el parlamento que soportaran el peso de gobiernos mayoritarios. La fortaleza residiría en el cumplimiento de dichos pactos. Precisamente ahí estaba el talón de Aquiles de los gobiernos republicanos y principalmente el incumplimiento de los pactos, junto a la inestabilidad social y el clima pre-revolucionario (la caída del antiguo régimen -el absolutismo- que se inició con la Pepa en 1812 estaba dando sus últimos estertores. Sin duda los más terribles), fue la causa por la que la 2ª República colapso.

Hay un libro de Stanley G, Payne "el colapso de la República" que lo explica con todo detalle. Es recomendable su lectura.

Sin ánimo de profundizar en el tema: el bipartidismo actual es el sistema mayoritario en los países occidentales. De hecho todas las democracias, sean monarquías o repúblicas de nuestro entorno lo tienen. Hay casos donde aparecen partidos minoritarios que también tienen ocasionalmente tareas de gobierno -pe los verdes en Alemania o los liberales en UK- pero la inmensa mayoría de los países occidentales tiene un sistema bipartidista. Por tanto, parece que debe ser el sistema más adecuado a la escena contemporánea, o el menos malo que occidente ha sido capaz de articular.

Desde la Izquierda más extrema se está tratando de poner en evidencia que el sistema ha fracasado cuando la realidad es que el fracaso no es de la arquitectura del sistema, sino del uso inadecuado y fraudulento de las instituciones y de los resortes del sistema para corregir las desviaciones que se hayan podido producir por parte de los poderes judicial, ejecutivo y legislativo (sin olvidar el económico, el sindical y el llamado 4º poder -el periodismo-, entre otros que podría citar).

Por tanto, en mi opinión, los poderes estatales deben tomar las medidas oportunas para dar estabilidad al sistema, revisar los mecanismos de control de las desviaciones y tomar las decisiones precisas para reconducir la democracia española a una situación cómoda que evite los desequilibrios que se produjeron en la 2ª República:

- el gobierno -poder ejecutivo- tiene la obligación de apuntalar el sistema mediante la modificaciones legislativas oportunas y buscar el consenso entre los grupos mayoritarios del poder legislativo.
- Los grupos minoritarios deben buscar acuerdos pre-electorales para aglutinar fuerzas y conformar alternativas serias y comprometidas que le puedan permitir gobernar con programas estables y ejecutables. Alejarse los sueños utópicos de los gurús filosóficos (tan necesarios como modelos teóricos como imposibles de llevar a práctica) para centrase en propuestas pragmáticas y tangibles.
- La justicia debe mantener su independencia y agilizar los procesos encaminados a depurar orígenes y responsabilidades en las desviaciones cometidas.
- El sindicalismo (y los empresarios) deben involucrarse en la búsqueda de soluciones sinérgicas que equilibren la correlación de fuerzas entre los trabajadores y el capital para hacer las empresas españolas competitivas en el entorno global.
- La banca cumplir con su función de facilitar los instrumentos financieros para dinamizar la economía y facilitar el intercambio comercial.
- El periodismo: analizar, denunciar, criticar y proponer soluciones.

Todos metiendo el hombro para reforzar el sistema y manteniendo al margen aquellas soluciones que abogan por un cambio radical (República, independencia, federalismo,...), que no es que no tengan cabida, ya que en democracia todo se puede analizar y debatir, pero los consensos hay que buscarlos antes de configurar los programas de gobierno. Si un grupo de ciudadanos se consolida como fuerza política y tiene los respaldos del pueblo en las urnas como para plantear alternativas al marco vigente está en su derecho de plantearlo. Que no es que no tenga el derecho de plantearlo, sino que es su deber.

La entrada en las instituciones de grupos anti-sistema careciendo de: primero un programa sólido / consensuado previo a las elecciones y segundo, respaldo en las urnas de forma mayoritaria supondría poner la democracia española en una situación de pactos frágiles que harían un flaco favor a la sociedad española y nos retrotraerían a principios del siglo XX.

Veremos en los próximos 4 años como hay ayuntamientos (y puede que alguna comunidad autónoma) donde se reproduzcan los pactos pos-electorales entre partidos, las traiciones, rupturas,...., en definitiva las inestabilidades propias de todo lo que la historia nos enseña y algunos se empeñan en no querer ver. Por favor, cambios necesarios, moderados y consensuados que permitan mejorar el sistema actual.

martes, 2 de septiembre de 2014

Estabilidad institucional



Durante la segunda República, según las fuentes consultadas, se produjeron lo siguientes hechos:

1.- Elecciones municipales el 12  de Abril de 1931 que dieron lugar a la salida al exilio de Alfonso XIII y la constitución de la Segunda República. La votación se produjo usando una ley de 1907.

2.- Para las elecciones constituyentes del 28 de junio de 1931 el gobierno de la Segunda República -gobierno de coalición de partidos de izquierdas, derechas, nacionalistas y socialistas (en este caso era marxistas y no socialdemócratas como ocurre hoy día) - introdujo por decreto ley y a tan sólo poco más de un mes de la elecciones (lo hizo el 8 de mayo de 1931) una modificación que incluía los siguientes puntos:

2.1.- Suprimió los pequeños distritos electorales: con el fin de evitar comportamientos caciquiles, quizás demasiado frecuentes en la época.
2.2.- Sistema de voto restringido: cada elector elegía 16 diputados donde se elegía 20,...
2.3.- Al partido ganador de la mayoría relativa se le asignaban los diputados asignados a cubrir la mayoría. Siempre que el partido hubiera obtenido al menos el 20% de los votos. Si no se daba esta circunstancia se pasaba a una segunda vuelta: donde era valida la mayoría simple.
2.4.- Adjudicación de escaños por un procedimiento similar a las minorías.

Este sistema, según expresan los artículos adjuntos, favorecía la creación de coaliciones: por eso fueron tan frecuentes en las elecciones del 31, 33 y 36.

El objetivo del gobierno de la Segunda República era potenciar a los partidos más fuertes, creando mayorías estables que sustentasen al gobierno y, en fin, proporcionasen una cierta estabilidad institucional. No obstante, también se pretendía asegurar una representación de las fuerzas minoritarias.

¿No es ésta la línea que busca la propuesta de modificación de la ley electoral que está proponiendo el PP (y el PSOE la propuso hace unos años) y que parece que va a contar con el respaldo de los nacionalistas?

El objetivo no es otro que dar estabilidad al parlamento para evitar que pase como en Italia o que se metan en el sistema (bipartidista creado por Cánovas durante la restauración del siglo XIX) que desestabilicen la democracia y el modelo vigente.