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viernes, 27 de mayo de 2011

Borrón y cuenta nueva.



¡Qué pronto se ha acabado la temporada de F1 para Ferrari! Aún no hemos llegado a Mónaco y el equipo Red Bull (RB) ya lleva 110 puntos de ventaja a los de Maranello. De seguir esta proyección, y extrapolando los resultados actuales, la diferencia a final de temporada podría ser de escándalo: estaríamos hablando de más de 400 puntos de diferencia. De vergüenza.


¿Qué piensan hacer en Ferrari para reducir esa diferencia?

Está temporada bien poco: a expensas de ver si la FIA decide finalmente intervenir y mermar las prestaciones del RB a Ferrari no le queda nada más que esperar a ver si Alonso o Massa hacen algún podio con el que sacar un poco el pecho. Poca cosa para toda una escudería como la italiana. La inercia que mueve una entidad del tamaño de Ferrari no permite que se de un volantazo que corrija la situación en mitad de la temporada. El monoplaza tiene un problema de diseño y no porque no hayan hecho bien su trabajo sino porque hay otros que lo han hecho mejor. Ahora ya no se pude hacer nada sobre el coche para mejorarlo. Es verdad que se podrían arañar décimas al crono pero en la misma medida lo puede hacer sus contrincantes y de poco les va a servir. Los de Domennicali son un ejercito con poca cintura y no han sabido o no han podido adaptarse a la guerra de guerrillas que les propuso Brawn GP primero y RB las dos últimas campañas. También es verdad que Brawn pasó a la historia en un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo, Ferrari siempre está arriba. Es lo que tiene la alta competición: lo de Brawn fue un éxito relativo y lo de Ferrari es un triunfo absoluto.

Esta semana los patrocinadores de Ferrari, al parecer, han dado una palmada en la mesa y han instado a los del Cabalino Rampante a que se pongan las pilas.

Para empezar, ha rodado la cabeza del director técnico, Aldo Costa, y han hecho una restructuración del equipo dejando la parte de carrocerías en manos de Pat Fry, ingeniero británico que está trabajando en el mundo de la automoción desde 1987 y que ha pasado por varios equipos, entre ellos Mclaren. A priori, su perfil encaja a la perfección.

La solución pasa, tal y como dijo hace ya unas semanas Flavio Briatore, por que Ferrari empiece a trabajar ya en el coche del año que viene. Con la información que hayan podido tomar de sus rivales, la experiencia de los fallos que han cometido este año -donde el cambio de gomas les ha jugado una mala pasada- y la adaptación del monoplaza a las nuevas normas que se introduzcan para el próximo ejercicio, los ingenieros tienen que poner en las manos de Fernando Alonso un coche que por fin devuelva al asturiano a la senda del triunfo.

1 comentario:

  1. Este domingo cerveza y langostinos, y por la tarde el lugo-murcia.

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