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domingo, 22 de mayo de 2011

#15M.



Me parece adecuado impulsar una revisión acerca de qué pasó en los años previos a la caída de la Segunda República para establecer un paralelismo, si es posible, entre aquellos días de agitación social y esta última semana de acampada átona, llamada “Spanish Revolution”, #15M o Acampada del Sol.

Según cuenta Payne en su libro “El colapso de la República”, la Derecha y el Centro esperaban con ilusión las nuevas elecciones. El propio Alcalá Zamora, presidente del gobierno, trataba de centrar una República que se estaba polarizando en demasía. Su concepto de República era él de una democracia liberal y constitucional. Había varios aspectos que también criticaba: la falta de una segunda cámara y una Ley electoral sumamente desproporcionada. Aprobaba cambios dirigidos a una mayor laicización del estado, la creación de un sistema democrático que se ocupara de los crecientes problemas sociales, la separación entre la Iglesia y el Estado, una democracia igual para todos -incluidos los católicos y la Iglesia-. De manera general pensaba que la constitución se había redactado de forma rápida y con poca reflexión, prestando una inadecuada atención a las cuestiones económicas.

Sus críticas eran compartidas por algunos de los intelectuales de la época: Ortega y Gasset, Unamuno, Marañón, Madariaga y Menédez Pidal.

Las cortes del 31-33 estaban formadas por una convención de izquierdas, dando la impresión de que era inevitable que el cambio de régimen surgiera del aplastante poder de la izquierda. La República se había instaurado con rapidez y de forma pacífica gracias a la aquiescencia y colaboración de la derecha.

La primera iniciativa que tomó el gobierno izquierdista - moderado de Alcalá fue modificar la Ley electoral que aumentaba la gran desproporción con la esperanza de facilitar todavía más la victoria de la izquierda en las siguientes elecciones. En las siguientes elecciones del 33 la ley se convirtió en un bumerang para la izquierda y los resultados favorecieron a la CEDA con 114 diputados por 66 de los socialistas. Las elecciones habían sido las más limpias y justas de la historia de España a pesar de que hubo varias muertes en le región Valenciana donde la PURA -partido de Vicente Blasco Ibañez- parece que tuvo una participación más que probada. Se había producido un desplazamiento hacía la derecha y centro-derecha. El aspecto más constructivo era el aumento de la fortaleza del centro democrático frente a la polarización precedente.

En esta situación, la respuesta de la izquierda no fue prepararse para actuar como leal oposición, sino embarcarse en manipulaciones destinadas a cancelar los resultados electorales. Toda está tétrica maniobra ponía de relieve lo que había llegado a ser la inamovible posición de la izquierda en la República: sólo aceptarían el gobierno permanente de izquierda y cualquier elección o gobierno no dominado por ella no era “republicano” ni “democrático”, lo que bien pudo tener como efecto el hacer imposible la existencia de una República democrática. De ahí en adelante, la izquierda comenzó a incumplir la legalidad de manera cada vez más sistemática, reduciendo finalmente el orden legal a escombros, lo que preparó el terreno para la Guerra Civil.

Ahora que cada cual saque sus propias conclusiones. Han pasado casi 80 años, la situación política ha variado poco salvo, quizás, en que ahora el pueblo se manifiesta sin muertes. Esperemos que la izquierda sepa calentar los bancos de la oposición hasta que se les de una nueva oportunidad democrática y deje a sus “compañeros” de trabajo que sean ahora los que lideren el país. 80 años que han servido para pasar de una sociedad eminentemente rural, analfabeta y desnutrida a una sociedad urbana, preparada y sobrealimentada. El tiempo no se ha perdido pero hay que mirar con perspectiva y no dejarse manipular por el primero que llega.

El movimiento #15M, si finalmente termina por plasmarse en blanco sobre negro, no resultarán ser el bálsamo de fierabrás que cure los males y devuelva nuestro país a la senda del crecimiento y la justicia social. Son muchas las similitudes entre los movimientos estratégicos de la izquierda en el 33 y lo acontecido en la España contemporanea.

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