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martes, 5 de abril de 2011

Crazy Little Thing Called Love



Aún tengo en la memoria grabado, grabado a fuego, el día que vi los Inmortales en el cine. No era un cine como los de ahora con efectos, ni un gran sonido, pero tampoco hacía falta. Salimos del cine, uno de mis mejores amigos y yo, y nos fuimos a Foro donde compramos el álbum de los Inmortales y el directo Queen Wemdbley –quizás el primer gran concierto de la era moderna. Luego más tarde alguien que me tiene en sus rezos me regaló el video del concierto. Lo habré visto como 100 veces y no exagero-.

Aquel día en el Gran Cinema de Lorca descubrimos una gran Banda. De las mejores. No nos vamos a poner ahora a ver si los U2 o los Stones, por citar algunos, son los mejores. Cada una tiene su punto. Desde luego Queen supo marcar un estilo; unos coros desconocidos hasta la fecha. Una puesta en el escenario que rompió moldes y dio lugar a los megaconciertos como los conocemos hoy día: imágenes, coros, conexión con el público, ritmo vertiginoso, 100.000 personas, coreografía, himnos que han quedado para la historia… Una guitarra en manos de Brain May que pone, ha puesto y pondrá el ritmo y la energía a miles a miles de escenas que circulan por mi córtex cada día. Podría montar una secuencia de imágenes al ritmo de sus riff que dejaría en mantilla a los Blues Brothers e incluso al Capitán Villard. Lo vi junto a dos magníficos amigos en el Calderon como telonero de Guns&Roses –ya tocando en solitario-. Al que no pude ver, y mira que faltó un pelo, fue a Freddy Mercury.

Cuando Freddy murió yo había pasado por Granada. Allí conocí a un malagueño que había estado en el concierto de Marbella en Agosto del 86. Tenía una reliquia en su apartamento: una baqueta de las que usó Roger Taylor en aquel concierto y que lanzó al público al terminar una de sus cabalgaduras por los tambores. La fortuna hizo que cayera en mis manos 2 años más tarde.

Queen iba a tocar de nuevo en España y la gira ya estaba organizada cuando empezaron los rumores del deterioro del catante. Finalmente el 24 de Noviembre del 91 se apagó su llama. No pude ir a verlos en directo. Pero si que hicimos una gran velada en el Vaya con Dios, ese mismo fin de semana. Estuve pinchando temas de los Queen hasta que los discos echaron humo. Tengo que decir que lloré. Aquella Navidad recibí de mi mujer uno de los mejores regalos que me han hecho y que me harán: la discografía completa de los Queen. Desde entonces mi pelo, sin que nadie lo haya advertido, está cortado siguiendo la imagen de John Deacon –el último en incorporarse al grupo-. Fue el autor de un punteo de bajo que marco estilo: ¿quién no recuerda Under pressure?

Hoy hace 40 años de su debut como banda. 40 años son pocos para una banda inmortal:.¡Fighting for survival!

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